lunes, 22 de mayo de 2023

Gestión Pública 8 : Organización e Informática. ¿Pero un directivo debe saber algo de informática?


Pocos años antes de jubilarme me tocó vivir mi último cambio en la dirección de la Hacienda Foral en la que trabajaba. Hubo un nuevo equipo de dirección y creo que fue en mi primer contacto con él cuando escuché el siguiente comentario:

- ¡qué obsoletas están las aplicaciones de Hacienda! ¿no os parece?

Me quedé un tanto sorprendido, se estaba planteando ya la reforma del sistema de información, con lo que durante un momento pensé que tenía conocimiento del sistema vigente que databa de los años 80 y de sus carencias, pero……..pronto me di cuenta de mi error.

En efecto, se continuó comentando:

-¡Con esas letras verdes tan anticuadas!

Comprendí que se referían a que las transacciones de Host no tenían el aspecto de las aplicaciones típicas de Windows de los PC , que pensaban que se trataba de una cuestión más de estética que de otra cosa. Que cambiando el aspecto de las pantallas y clicando se podía acceder a todo fácilmente. Vamos que lo que sabían de informática era como usuario de Windows.

  • Cómo explicarles que nosotros en concreto desarrollamos el sistema de información en los años 80.
  • Que la mayoría de los que lo hicimos proveníamos de la banca y que conocíamos la necesidad de crear un sistema integrado.
  • Que el “estado del arte”, como se decía entonces , nos obligaba a crear un fichero central de contribuyentes con una información mínima de cada uno y enlaces a las diversas declaraciones y actuaciones que se ubicaban en múltiples bases de datos por tipo de información y año.
  • Que el objetivo era conseguir un acceso rápido a toda la información a través de transacciones online y eso implicaba un fichero central lo más “ligero” posible.
  • Que el inconveniente era que luego juntar toda la información de los contribuyentes requería de procesos batch nocturnos de gran duración. Por ejemplo para unir toda la información necesaria para enviar a casa las declaraciones de renta ya confeccionadas se necesitaban antes dos meses de procesos batch.
  • Que, ya en los inicios del nuevo siglo la capacidad de proceso y de almacenamiento fue creciendo exponencialmente y fueron apareciendo nuevas posibilidades de organizar la información que permiten visiones de los contribuyentes más integradas y deductivas y se comenzó a pensar en la necesidad de crear un nuevo sistema de información.

¿Cómo explicar la envergadura del cambio que se estaba planteando? ¿Cómo decirles que no se trataba de cambiar las pantallas de la transacciones?.

Tuve una mala ocurrencia.

Dado que mantenía contacto con excompañeros del banco en el que trabajé que habían participado en el proyecto que se llamó Besaide de una caja de ahorros y que pretendía una reforma similar a la que se estaba planteando, se me ocurrió comentarlo.

Les expliqué que había durado varios años y que tuvo un coste superior a 8.000 millones de las antiguas pesetas. Que en nuestro caso, habían pasado varios años, el coste sería netamente superior y también supondría probablemente más de 500.000 horas de desarrollo y varios ejercicios.

Juro que no pretendía nada más que intentar hacerles comprender que a la caja de ahorros creía que, a pesar del enorme esfuerzo, le había merecido la pena y que a nosotros también nos lo merecería..

No lo conseguí. Yo creo que se entendió que yo era un presuntuoso que pretendía dejarles como ignorantes y, aunque conscientemente no era mi intención, con el tiempo he pensado que mi subconsciente sí lo pensaba y se me notó y resulté un presuntuoso.

Lo triste del caso es que con un proceso formativo/explicativo por parte de los responsables del sistema de información de 8 ó 10 horas de duración, un directivo podría al menos tener criterio para poder tomar ciertas decisiones, pero todos los que he conocido se jubilarán sin haberlo realizado ni solicitado.

¿Y porqué creo yo que ocurre esto? Voy a intentar explicarlo, porque creo que es un asunto de la mayor relevancia.

Yo he defendido la oportunidad de crear sociedades públicas que se ocupen de la informática de las Diputaciones, Haciendas y ciertos Ayuntamientos, incluso defiendo que Osakidetza y Educación adopten la misma decisión pero eso no quiere decir que se delegue toda la responsabilidad a las mismas.

El problema es que los directivos actuales presumen que eso no es de su responsabilidad, que es algo de la “empresa pública de informática” y por tanto será su problema y no el suyo. 

Voy a reproducir ahora para terminar algo que escribí hace tiempo sobre este asunto:

La importancia del control de la informática y de la implantación de nuevas tecnologías.

Por último una referencia concreta al capítulo de los sistemas de información y su tratamiento en la administración vasca. Es de perogrullo que un aspecto cada vez más estratégico para conseguir una administración eficaz es su informatización y la utilización de tecnologías de información adecuadas. Aquí la solución, y también la equivocación, adoptada por las Diputaciones y por el Gobierno Vasco ha sido la misma, crear empresas públicas “que se ocupen” de esas cuestiones.

El error no está en crear la empresa pública como instrumento ágil de contratación de profesionales de informática con experiencia contrastada, el error está en el dejar “que se ocupen” sin supervisión efectiva de estas cuestiones.

Una de las cuestiones más relevantes y que cualquier directivo profesional debe conocer, es que es necesario tomar medidas organizativas para garantizar que la dirección efectiva de los Sistemas de Información se lleve desde la propia organización y no desde las empresas informáticas o departamentos de informática respectivos. La responsabilidad es lo único que no se delega. No se puede delegar la reflexión y el análisis de lo que es estratégico para la organización. Decidir qué se informatiza, con qué prioridades, con cuantos medios, hacer el seguimiento de los proyectos, etc son labores de la propia administración, no de las empresas informáticas públicas. Pero claro, esto requiere que la estructura orgánica lo contemple, requiere dedicar medios y de forma organizada.

Toda organización pública en la que la informática constituye un factor estratégico para el éxito, no en todas las organizaciones la informática tiene la misma relevancia - piénsese en una Hacienda Foral frente a un Departamento de Cultura - debe contemplar en su estructura la dirección de los sistemas de información dotándola con personal con conocimientos y visión global de la organización que primero establezca las prioridades de la organización y decida los proyectos a realizar y segundo haga un seguimiento cercano de los proyectos que desarrollan las empresas públicas. De no ser así, por mi experiencia en este terreno, me atrevo a decir que más del 50% del esfuerzo informático que se realiza no resulta eficaz.”

Como ya he dicho, yo he trabajado en una empresa pública encargada de informatizar una Hacienda Foral y posteriormente en la misma Hacienda Foral y he podido comprobar de primera mano la problemática.

En general, y simplificando mucho, al informático le cuesta más comprender el negocio que al gestor del negocio comprender la información a la que puede acceder y lo que puede conseguir mediante la informática.

Por eso es un grave error dejar en manos de los técnicos informáticos cierto tipo de decisiones estratégicas para el negocio, aunque tampoco estoy exigiendo que la dirección decida sobre la estrategia y las prioridades informáticas, sino que creen dentro de la estructura quien , bajo su dirección y con la preparación adecuada, lo haga.


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