jueves, 10 de noviembre de 2022

Gestión Pública 4 ¿Pero en 2022 todavía no hay directivos profesionales competentes?


Claramente NO. La casi totalidad de la administración sigue dirigida por personas incompetentes, es decir sin las competencias necesarias para el puesto que ocupan. En esta entrada voy a intentar hacer un poco de historia....


Yo, por edad, viví la transición política y comparto, como hemos leído en la entrada anterior, que en ese momento la desconfianza hacia el sistema funcionarial existente (franquista) era lógica y era por tanto normal que los puestos directivos de la administración, en esas circunstancias, fueran cubiertos en su mayoría por personas de confianza, que, dicho sea de paso, como procedían mayoritariamente de la gestión privada y , en su mayoría, tenían experiencia, consiguieron que el problema de la falta de directivos capacitados no fuese relevante en esta primera etapa.

La administración, en general, se centró de lleno en una etapa de fuerte informatización y de importante crecimiento en medios personales para hacer frente a la gestión de los procedimientos y a la prestación de nuevos servicios y las mejoras fueron evidentes.

Yo conozco mejor lo ocurrido en las Diputaciones y las Haciendas Forales y esos años supusieron pasar de la nada a la modernidad, pero lo mismo ocurrió en la Seguridad Social y en la Agencia Tributaria.

Es a mediados de los 90 cuando, una vez concluida la etapa de modernización y la informatización iniciales, se comienza con la lógica reflexión sobre la mejora de los sistemas de gestión, propiciada generalmente por los sectores profesionales de la administración con un mayor contacto con la ciudadanía y más relacionados con la prestación de servicios (la exigencia de la ciudadanía-cliente-usuaria de servicios es cada vez mayor).

En ese momento, ya se habían jubilado las primeras generaciones de directivos provenientes de la empresa privada, y la situación se caracterizaba por la ocupación de los puestos directivos por personas en general con poca o nula experiencia gestora y con unos gestores / mandos intermedios formados por personal funcionario centrado principalmente en las competencias técnicas (“Tu jefe no es tan malo” en el origen de todo).

Partiendo de esta situación era fácil hacer un diagnóstico inicial de falta de competencias en materia de gestión y la primera propuesta de solución también parecía sencilla, dotemos a nuestros actuales cargos directivos y gestores de las competencias necesarias. Proliferaron durante estos años los cursos para gestores y directivos sobre las más diversas materias relacionadas con el liderazgo y la gestión. No sirvieron para resolver el problema pero sí para ir comprendiendo su relevancia.

En la administración vasca uno de los esfuerzos más importantes realizados, en esta línea de profesionalizar las tareas de gestión de los directivos y gestores, ha sido el potenciar la implantación de los modelos de calidad tipo EFQM a través de Euskalit, dinámica que ha generado la creación de foros de intercambio como el grupo QEPEA en el entorno de lo público. Tuvo sus años de relevancia e ignoro cómo siguen en la actualidad.

Recuerdo que una de las administraciones públicas del grupo QEPEA llegó a tal nivel de reflexión que llegaron a separar la gestión de los objetivos del Plan Estratégico de la del día a día del Plan de Gestión normal. El equipo directivo sólo se ocupaba de los objetivos estratégicos y los equipos gestores se ocupaban del día a día.

En Hospitales y centros de salud con la implantación de certificaciones ISO y de modelos de gestión EFQM las cosas perecían enfocarse claramente hacia la mejora. Se controlaban los tiempos de primeras consultas con especialista, se negociaban las agendas….. había en definitiva un seguimiento muy superior al actual.

En Educación muchos centros de formación profesional se metieron también en sistemas de gestión de la calidad empujados por el departamento de educación y yo mismo evalué a varios de ellos.

Parecía que iba bien la cosa pero de repente se apagó la llama.

La razón última yo creo que fue que todas estas iniciativas hacían sentirse mal tanto a los gestores como, sobre todo, a los directivos. Resulta muy desagradable que te estén diciendo todo el tiempo que eres un incompetente y encima que, con tu estatus (al fin eres enchufado o “de la confianza” de los que gobiernan) tengas que aguantar que te den lecciones los cuatro espabilados de turno.

Trabajar con planes, objetivos, revisiones ...etc es realmente duro y además muchas veces es aburrido, sobre todo si no lo entiendes como parte de tu trabajo. Es mucho más llevadero resolver expedientes complicados o resolver problemas puntuales del día a día. Los modelos de gestión tipo EFQM son válidos como formación pero no para llevarlos a la práctica en organizaciones sin preparación y también causaron muchos desajustes y rechazos.


Y así estamos casi 25 años después, no se ha intentado otro camino y continúa la administración con directivos incompetentes y con gestores competentes técnicamente pero incompetentes en materia de gestión y no parece que nada vaya a cambiar.

¡¡¡Pero ahora, algunos puestos directivos los ocupan personas funcionarias!!!, dirían algunas o algunos de los dirigentes de la administración.

Efectivamente, pero esto a veces es hasta peor. Sólo un apunte, yo he tenido bastantes jefes (directivos "de confianza") a lo largo del tiempo, pero el más incompetente era un funcionario.

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